La función principal de la inteligencia no es conocer sino alcanzar la felicidad y la dignidad. J.A. Marina
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lunes, 17 de junio de 2013
Nuestros chicos y chicas
D. es un pequeño de 5 o 6 años con altas capacidades intelectuales, y además un terremoto. Una mente brillante a su edad. En el rato que estoy con él, además de trabajar, D. no para de hablar, cuéntame una historia y comienza una retaíla de sucesos posibles e imaginarios entre risas y muchas prisas. Luego me cuenta lo que hace: seño, me he hecho otro blog y estoy colgando enlaces a juegos y muchos cuentos de los que me gustan de clase y otros que busco !Ah, seño y me he hecho un Dropbox y me he dado de alta en SM donde puedo ver cuentos y otros recursos..., seño mi madre me ha dado permiso, y seño, he visto esto y lo otro en Youtube!.Y D. sigue trabajando de forma autodidacta, ya que la madre no sabe mucho de informática, su curiosidad y sus ganas de aprender son un motor incontenible, y eso que según él: mi cerebro sólo va al 20%, pero no puedo pararlo. Pero a veces D. lo pasa mal, sufre cuando se equivoca, cuando no puede entender algo, y protesta y se aleja un momento, refunfuñando o encogido en una esquina, para enfadarse consigo mismo por sus errores o por no haber previsto. Es difícil hacerle entender que de nada sirve tanta autoexigencia, que de los errores hay que aprender: los errores no sirven seño, bueno, este sí, pero los demás no. Luego, después de más o menos rato, su mente se va enfrascada en un nuevo reto. Que no la paren, D. que no paren tu mente ni tu imaginación, ni tu risa.
Cuanto me recuerda D a mi hijo a esa edad. Ahora con casi 14, ya ha abandonado los blogs, se compró hace unos meses unos libros gordos de los lenguajes informáticos C, Java y HTML. Está programando "cositas". Quiere ser físico pero no le gusta estudiar. Sobre todo dice que lo que le enseñan no le sirve para lo que el quiere y se enrabia pensando el la pérdida de tiempo, y eso que el va un curso adelantado. Pero la secundaria obligatoria es eso, obligatoria. Y en esa tesitura nos encontramos, un montón de suspensos para el verano y el ordenador soñado para desarrollar sus ideas, aparcado en espera de que primero cumpla con sus obligaciones. No queremos parar sus ideas, pero no debe dejar de lado los estudios, sobre todo cuando está muy claro que parte de ellos son la base de lo que quiere hacer en el futuro, aunque él no quiera reconocerlo.
ResponderEliminarUn afectuoso saludo,
CM
Por desgracia ese es un problema con el que nos encontramos a menudo, la falta de adaptación al sistema educativo y a otros. Por eso nos toca también educarles también en hábitos de estudio y rutinas para organizarse. Ánimo y un saludo
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